"!Yo te conozco¡"

El chico rubio caminaba a paso lento por la calle, con las manos en los bolsillos y con ropa informal. Ese día le había tocado libre y había decidido pasarlo fuera de casa, buscando algo que hacer ya que Iki se había ido a casa de un amigo y el otro "niño" tenía otras cosas que hacer. Soltó un profundo suspiro acompañado de una suave queja, aburrido y sin que se le ocurriera nada interesante para hacer. Se detuvo delante de la vitrina de una tienda cualquiera para ver de qué artículos se trataban. Chasqueó la lengua al ver que se trataba de la pastelería favorita de su hermano pequeño. Alzó la mirada hacia el cartel, parpadeando lentamente, decidiéndose a entrar o no. No tenía hambre, pero algo dulce siempre caía bien.

El joven había decidido salir a caminar un rato al centro, para salir así de la aislada vida que llevaba, teniendo hasta las ocho para regresar antes de que cierta persona hiciera aparición en su "hogar". Su propósito desde un comienzo fue el buscar un departamento en arriendo barato por esa zona, decidido por rehacer su vida, buscar trabajo, y ser un hombre ¿un hombre?, ¿seguro? independiente... aunque eso implicaba dejar de lado sus estudios, pero creía poder sacrificar aquello. Caminaba con tranquilidad, sin ningún apuro, con la mirada fija en las vitrinas de las tiendas en modo de distracción. Frenó frente a lo que parecía ser una pastelería, lo cual corroboró alzando la vista hasta el cartel con el nombre de ésta, devolviendo sus tímidos ojos celestes al vidrio otra vez. Se quedó observando un pastel que se veía bonito, introduciéndose un mechón de largo cabello tras la oreja. Suspiró para sí mismo, sin separar los labios, esbozando una pequeña sonrisa. Si le sonríes a la vida ella te sonríe a ti, dicen.

Ya se había decidido a entrar cuando sintió que otra persona se acercó al mismo lugar donde estaba mirando él, pero no le dio importancia y pasó detrás de él para poner un pie en el escalón que te llevaba hacia el interior del local cuando se percató de algo. ¿Y ese cabello? Blanco y largo. Lo conocía, sabía que lo conocía. No era un chico de buena memoria y cosas se le solían escapar siempre. Volteó la cabeza hacia él y lo miró con descaro directamente al rostro, con el pie sobre el desnivel y la mano en el pomo de la puerta. Tuvo que fijar los ojos en su cara por unos segundos para recordar y esbozar una amplia sonrisa.- !Akiru¡ -EBajó el pie y alargó una mano hacia él para saludarlo con un estrechamiento. Ladeó la cabeza hacia un costado, observándole con interés.- ¿Qué hacías por aquí? No pensé que vivieras en la misma ciudad que yo...vaya, que coincidencia! ¿O acaso no vives aquí y andas de viaje? -Cerró la boca con un chasquido, apretando los labios para controlar su lengua- Lo siento, lo siento...-Se disculpó con una sonrisa.

- ¿Ah? -al oír su nombre retiró la mano que tenía aún tras la oreja, al mismo tiempo que buscó con la vista al origen de aquel llamado. Creía conocer esa voz, y al percatarse que sí, que en efecto era él, tragó saliva con lentitud. Le sonrió con algo de torpeza, llevándole algunos segundos el reaccionar en su totalidad para tomarle así la mano de vuelta y corresponderle el saludo. Cuando lo soltó se llevó la mano al brazo contrario, como abrazándose a sí mismo.- Uhm... -se encogió de hombros.- Nada, caminaba y... -asintió con la cabeza, correspondiéndole la sonrisa al mismo tiempo.- No, no, sí, si vivo acá. O sea, no acá en el centro, pero para... por allá... ehm, lejos. -se frustró y negó con la cabeza, comenzando a rascarse el brazo por simple nerviosismo.- De hecho, poco más y ni sé llegar... -suspiró, dirigiendo la vista hacia otro lugar. Cuando éste se disculpó Akiru levantó la mirada otra vez, llevando sus ojos hasta los del rubio, esos mismos que tanta curiosidad le provocaban.- ¿Ah? -ladeó la cabeza, frunciendo el ceño con extrañeza, sin entender el por qué de los reiterados "Lo siento".- Pero no me pidas disculpas... -se puso nervioso y soltó una risa incómoda, ladeando la vista luego. Inhaló profundamente y se dejó en paz el brazo, incorporándose por así decirlo. Volvió a contemplar sus extraños ojos.- ... Bueno, mejor no te quito más tiempo, supongo... -le dedicó una amable sonrisa, dispuesto a retirarse si el mayor así lo sugería.

Apretó su mano con toda la suavidad posible, ya que todavía le seguía dando una especie de inquietud por hacerle daño sin querer. Se llevó las manos de vuelta a sus bolsillos y asintió con la cabeza repetidas veces.- Si, si ~~ -Soltó unas carcajadas no demasiado fuertes.- Tranquilo, yo podría llevarte a tu casa, me conozco la ciudad entera como la palma de mi mano -Sacó una de sus manos y le mostró la palma para luego volverla al lugar anterior. Se encogió de hombros cuando le preguntó el por qué se disculpaba.- Es que soy un tanto molesto y agobiante, lo sé...y no quiero incomodarte, aun que creo que ya lo he echo -Resopló un poco por entre los labios.- Ah... ¿Tienes cosas muy importantes que hacer?, ¿Te gustaría pasar a comprar algo conmigo? La verdad estoy solito y no sé, me gustaría tener algo de compañía... si tu lo deseas y aceptas, por supuesto, y así aprovecho de agradecerte tu ayuda del otro día, de verdad fuiste algo así como mi salvación -Estiró la sonrisa hacia un costado. Era toda una sorpresa encontrarlo ahí, le había caído muy bien la otra vez cuando se conocieron casi por accidente pero intentaba no ser demasiado impulsivo o energético porque no quería poner incómodo al menor.

- Ay no, no, si sé llegar, es que tampoco salgo mucho, supongo que es por eso... -recorrió el lugar con la mirada, bastante contento de estar ahí, respirando aire fresco y bien acompañado. Hasta parecía un buen día. Al oírlo continuar devolvió la mirada a los ojos del rubio, comenzando a reír inevitablemente debido a como éste se refería a sí mismo, cubriéndose la boca con el dorso de la mano, ya que jamás le ha gustado que la gente lo vea reír, o no al menos con tanta desenvoltura.- Por favor... ¿Eres idiota o te haces? -le sonrió con mayor amplitud.- Pero si eres agradable... -Volvió a la posición anterior, posando la mano sobre su propio brazo otra vez, observándolo con atención. Alzó las cejas al escuchar la propuesta, ampliando la sonrisa.- Claro~ -le contestó con rapidez y ánimo, ladeando un poco la cabeza. Aclaró la voz y volvió a la misma expresión de siempre, esa que reservaba todo a la perfección. Intentó arreglar su impulsiva respuesta.- ... O-o sea, si es que puedes, y no sé si yo sea la compañía más adecuada, pero... -se encogió de hombros, dejando escapar una ligera y suave risa.- Y no te preocupes, no fue nada. Me sirvió para que Fiore me tirara por ahí, o si no no habría tenido idea de como volver. -fingió una sonrisa y tragó saliva, aún algo afectado con ese tema.- Por cierto, ¿cómo está tu hermanito? -le sonrió, contemplándolo con atención. Esperaría a que él entrase primero para seguirlo. Se sentía bien estar ahí, era agradable romper un rato el esquema de todos los días. Aún así, el miedo a que cierta persona apareciera y le arruinara todo, al igual que siempre, le tenía los nervios de punta. Ya estaba bastante resignado en cuando al tema de hacer amigos, pero con alguien tan amable como Zahech... no, sencillamente no se quería marchar. Total, era cosa de estar controlando la hora e irse con el tiempo suficiente para llegar antes que él y ya.

Se encogió de hombros.- De cualquier manera, si necesitas ayuda puedes llamarme...cada vez que lo necesites, está bien?~ -Asintió un par de veces con la cabeza y luego lo miró directamente con los ojos brillantes.- ¿Ah, si? ¿Eso crees? ~ Yo creo que tienes una muy linda sonrisa, deberías mostrarla más seguido -Su sonrisa se amplió aun más, dejando a la vista parte de los dientes.- Por supuesto que puedo, si no no te lo habría mencionado, y vamos, ¿Qué dices? tu también eres muy agradable! -Abrió completamente la puerta para que pudieran pasar ambos luego.- Ah... menos mal, qué alivio... porque la verdad es que te llevé conmigo casi por obligación y...bueno, eso -Se hundió entre los hombros haciendo un gesto de estar avergonzado.- Él está muy bien!Gracias por preguntar~ Se fue a casa de un amigo, sino seguro ya estaría adentro con una cuenta de unos diez pasteles -Rió suavemente y entró, dejando una mano apoyada en la puerta y corriéndose hacia un lado para que él pudiera pasar sin que la puerta se le fuera encima. Luego de que hubo entrado la soltó, volviendo esta inmediatamente a su posición original y Zahech se dirigió hacia un pequeño mostrador donde había variedad de dulces. Se agachó un poco para ver mejor, apoyando las manos en las rodillas- Hmm... ¿De qué te gustan? Hay de vainilla, frutilla, naranja... los de naranja son muy buenos, me gustan los cítricos... -Volteó la cabeza en su dirección para mirarle con su perenne sonrisa.

Sonrió con amplitud en respuesta al ofrecimiento, bajando y ladeando la vista.- Ay no, no te preocupes... o sea... -alzó la mirada hasta sus ojos, dedicándole una sonrisa quizás no tan amplia, pero sí sincera.- Gracias. -contestó con amabilidad, entrecerrando un poco los ojos. La verdad es que creía saber que quizás tan sólo lo decía por cortesía, pero las palabras siempre ayudan. Y también tenía claro que no le llamaría por temor a molestarlo, pero no por eso dejaba de parecerle un lindo gesto de su parte. Al oír el comentario respecto a su sonrisa rió con nerviosismo y dirigió la mirada a cualquier lado, bastante cohibido.- Pfff, por favor... -se metió un mechón de cabello tras la oreja, tratando de superar el tema. Desde hace tiempo que había dejado de oír comentarios así, y volver a escucharlos, quizás le alegraba más de lo que debería.- Gracias de nuevo... y no sé si sea amable, pero en fin~... -le miró de reojo y reprimió una sonrisa nerviosa e introvertida, ampliándola un poco para agradecerle cuando éste lo dejó pasar primero. Alzó una ceja mientras continuó oyéndolo, esperando pacientemente en el interior para que él entrara también.- ¿Obligación? ¿...De verdad crees que fue una obligación? -dejó escapar una risa sutil, tomándose todo el cabello, llevándolo a un costado de su cuello. Comenzó a trenzarlo.- Supieras cuanto me ayudó distraerme ese día... -llevó la vista hacia un costado, frunciendo el ceño y apretando un poco los párpados, llenándose de recuerdos poco gratos. Retornó sus ojos celestes hasta los distintos del rubio, recuperando su liviana sonrisa.- ¿Sí? Me alegro... de verdad que tienes suerte de tener a tu hermanito contigo... -suspiró, siguiéndolo hasta el mostrador.- De verdad que la tienes... -finalizó, terminando también con la trenza, la cual desarmó al instante.- ¿Ah? Ay no sé, los cítricos no son lo mío... y la frutilla no me gusta, así que... ahm, pucha, ¿Vainilla? -rió, a estas alturas de la vida ya resignado ante sus complicados gustos.- A menos que haya damasco, me agrada el damasco... -miró de reojo a su acompañante, notoriamente más alegre de lo normal. Y las margaritas en sus mejillas lo recalcaban. Se le estaba haciendo grato pasar un rato con él, poder distraerse de todas las obligaciones y estupideces por las que debía preocuparse a diario. Salir con gente no era algo que hiciese seguido, pero recordar sus viejos tiempos en los que era el ser más sociable del mundo(?), le producía una extraña mezcla entre felicidad y nostalgia, pero prefería optar por conservar la primera, disfrutar y olvidarse del resto.

Apretó los labios, mordiéndose luego el inferior al mismo tiempo que una de las comisuras se le curvaba levemente hacia arriba. Se sentía muy cómodo con él, si bien era bastante tímido y callado era algo que a Zahech le gustaba, al ser él más extrovertido y hablador. Buscó sus claros y bellos ojos con los suyos cuando el menor dirigió la mirada hacia otro lado al cohibirse, estirando un poco el cuello y girando la cabeza de manera que pudiera verlo directamente a las pupilas.- ¡Eh, yo jamás digo mentiras! Así que debes creerme, y lo eres, yo creo que eres muy amable…sí lo eres ~ -Le siguió, dejando cerrar la puerta tras de sí. Observó con atención y curiosidad cómo trenzaba su pelo.- Sí, es que como que te llevé conmigo sin preguntarte ni nada –Acompañó su risa con una suave unos momentos después.- Entonces me siento feliz de habernos encontrado por casualidad ese día, si eso te ayudó –Bajó un poco la vista hacia el suelo y volvió a subirla hacia él cuando sintió la suya, esta vez con las mejillas relajadas.- Mmm, si… debo admitir que me siento bastante afortunado. Sin mi pequeñito no tendría razón alguna para trabajar, o no la habría tenido para estudiar…le debo muchas cosas –Sonrió nuevamente, esta vez de manera no demasiado amplia, pero cargada de una especie de ternura.- Presiento que tú y él se llevarían bien, algún día los presentaré con un poco mayor de profundidad –Exhaló en forma de risa y volvió a mirar los dulces.- Está bien, entonces uno de esos de ahí de vainilla, de esos de allá de limón y estos que están acá de damasco… -Señaló con el dedo índice de la mano derecha a cuales pasteles se refería, dirigiéndose al chico encargado de llevar el pedido a la mesa. Se enderezó y tomó la mano del peliblanco con delicadeza, apenas sosteniendo sus dedos, para dirigirlo hacia una de las varias mesas.- Ehm, ¿Dónde preferirías sentarte? ¿Aquí, al lado de la ventana? ¿O más allá? ¿No quieres algo para tomar? …-Dirigió su mirada hacia él parpadeando varias veces y se dio un leve golpe con los dedos de la mano libre en la boca.- Lo siento, bajo mis revoluciones…-Inspiró profundamente y exhaló, luego lo llevó a una de las mesas y apartó una de las sillas para que pudiera sentarse, acomodándose luego en la silla que se encontraba frente a la otra. Apoyó los codos en la mesa para luego poner el mentón entre las palmas de las manos para así poder observarlo directamente. Conservaba su ya típica sonrisa y el leve brillo en los ojos.- Cuéntame algo sobre ti…no sé, como qué te gusta hacer, o qué haces…lo que quieras -Lo que más le llamaba la atención eran los agujeritos que se le marcaban en las mejillas al sonreír, provocándole ganas de corresponder a aquella sonrisa.

Aquel tema le traía recuerdos, que por más positivos que fuesen, aún así le seguían haciendo cierto daño. Un poco, al menos, porque en todo ese tiempo había aprendido a sobrellevarlo. Lo escuchó con atención y con una pequeña sonrisa en los labios. Cuando el chico terminó de hablarle sobre Iki se despegó de su mirada y dejó la suya fijos en otra cosa.- ... ¿Cierto? Son una motivación heavy... Es que da como miedo decepcionarlos, no sé... -se encogió de hombros, acostumbrado a no poder expresarse bien con las palabras. Suspiró con poca energía, dejándose en paz el cabello, pasándose una mano por éste desde la frente para atrás con tal de reorganizarlo un poco. Recuperó el ánimo y volvió a llevar sus ojos hasta el enfermero, sonriendo con amplitud.- ¿En serio? Por mí feliz, me encantan los niños.... -finalizó al dejar escapar una sutil risa. Lo contempló en silencio mientra mantenía la conversación con el sujeto, parpadeando varias veces, sin poder entender qué había en él que le llamaba extrañamente la atención. Pero esos pensamientos duraron sólo hasta que el mismo le tomó la mano. Cuando sintió los dedos de Zahech entrar en contacto con los suyos se le erizó la piel, inhalando de forma breve y sorpresiva. Correspondió de manera casi imperceptible el incompleto y quizás vacío agarre, apenas ejerciendo fuerza contra la piel del rubio, más por temor a que lo notara que a otra cosa.- ... ¿A-ah? Ah, eh... -negó con la cabeza casi por reflejo cuando oyó la pregunta. Dejó escapar un "Hm~" y no reprimió la amplia sonrisa que había surgido en su rostro sin autorización alguna. Hace mucho que nadie tenía tanto cuidado con él al momento de tomarle la mano o algo parecido, y lo cierto era que le producía cosas que no deberían surgir con un desconocido. Tragó saliva y trató de recobrar la compostura, soltándolo y sentándose cuando éste le ofreció la silla, agradeciéndole con una sonrisa y un gesto amable.- ¿Ah? No gracias, no tengo sed... Y no bajes nada, en serio, estás bien así. -le sonrió sin separar los labios, poniendo sus manos sobre sus propias rodillas, apretándolas sencillamente por nervios. Pero no era un nerviosismo negativo, al contrario, era esa sensación de "todo está yendo tan perfecto, que sé que voy a meter la pata". La compañía del mayor le resultaba placentera, y por más increíble que sonase, él no era de sonreír con mucha facilidad (o ya no), sin embargo ahora lo estaba haciendo. Y sin fingir, que era quizás lo más importante. El tiempo se le estaba pasando rápido, incluso llegando a olvidar el importante hecho de que debía vigilar la hora para regresar temprano a "su" casa..- ... ¿Algo de mí? -frunció el ceño en señal de extrañeza. Se metió un mechón de cabello detrás de la oreja con ayuda de sus delicados dedos, ladeando la mirada también.- Ehm, no sé... -contestó con cierta incomodidad, para nada acostumbrado a hablar de sí mismo. Cuando era más joven solía ser bastante extrovertido, pero ahora se le hacía difícil hasta definir sus propios gustos.- ... -devolvió los ojos a los del rubio, contemplándolos con curiosidad. Creía saber que esas preguntas eran quizás sólo para rellenar el silencio, y no por interés real, así que se quedó callado.- ... Ay no sé, háblame tú de ti... eres mil veces más interesante que yo, créeme. -acompañó sus palabras de una muy leve sonrisa.- O sea, si quieres, no te estoy obligando, pero... -Realmente deseaba conocerlo más, así que tan sólo optó por suspirar, callarse y no abrir la boca para no cagarla.

Asintió con la cabeza lentamente, con la mirada fija en algún objeto detrás de su acompañante. Luego dirigió sus pupilas hacia él.- Lo son…y si, tienes razón –Ladeó la cabeza hacia un costado para mirarlo con curiosidad reflejada en el rostro.- ¿Tienes hermanos chicos, o algún hijo o algo así? O sea, no te ves tan grande, pero uno nunca sabe –Se encogió de hombros, manteniendo estos unos momentos arriba para luego bajarlos con lentitud. Sonrió junto a él y rió levemente unos instantes.- La verdad ya te imagino sentado al medio de su pieza jugando a los autitos o algo por el estilo …-Soltó un respingo, divertido, al reproducir mentalmente la probable escena. Le tomó los dedos con delicadeza, pero con la fuerza necesaria para que sintiera el suave tironcito que le dio para que lo siguiera. Volteó a mirarlo y correspondió a su sonrisa con una igual de ancha y alegre.- ¿Seguro?... ahm…-Rió ante su comentario y se sentó en la silla.- Está bien, está bien… no bajaré nada~ -Cuando se acomodó en el asiento y se apoyó en la mesa asintió con la cabeza repetidas veces para confirmar su pregunta.- Sí, no sé, lo que sea o lo que quieras, te ves muy interesante, ¿sabes? –Sacó la punta de la lengua mientras analizaba su reacción.- Okey, no te preocupes! Si no quieres no te voy a obligar~ -Se pasó una mano por el cabello desordenado con la esperanza de poder arreglarlo un poco. Se mordió el labio inferior mientras alzaba la vista hacia el techo y pensaba.- Ahmm… sobre mi… ¿Qué te puedo decir sobre mi? Bueno, soy enfermero, vivo con mi hermano y un amigo, me gusta muchísimo la música y los dulces…-Justo en ese momento el camarero se dirigió a la mesa en la que estaban sentados para dejarles su pedido, el rubio le agradeció. Volvió a mirar al menor.- Anda, saca cuantos quieras~ -En la bandejita había variedad de pastelitos y dulces de no gran tamaño de los sabores que Zahech había indicado. Tomó uno de limón que se lo llevó a la boca para darle un mordisco. Mientras masticaba y tragaba pensó en qué más contarle.- Ahm… no séeee –Rió ante su propia incapacidad de decir algo en ese instante.- Lo siento, pero es más fácil cuando hacen preguntas ~ No sé, piensa que me hablas por Ask –Volvió a mordisquear su pastelito de manera lenta para disfrutarlo mejor.

Desvió la vista. La palabra "hijo" caló hondo en él, sacándole desde las profundidades de su ser una inevitable sonrisa.- Ojalá... Pero a mi... eh -suspiró- ...pareja, no le gustan los niños. Peor, dice que no quiere adoptar a un "pendejo guacho" porque si lo abandonaron fue por algo y me pasa diciendo lo mismo, y no se qué... -frunció el ceño, realmente saturado con el tema.- ... y tampoco no sé por qué te cuento esto, perdón. -rió con tranquilidad, alzando la mirada hasta él de nuevo. No se dio cuenta de que le acababa de confesar que era gay, pero de seguro de haberlo notado ni se le haría relevante en ese momento.- Tengo tres hermanos, y son las cositas más ricas del mundo ♥! -contestó, emocionado, mientras comenzó a juguetear con su propio cabello. Los extrañaba de una manera increíble, pero encontraba un desperdicio quejarse.- ... O sea, tengo uno de... hm, dieciséis, que ya debe estar como de mi porte no sé, así que supongo que él no contaría en el listado de "cositas ricas" -volvió a reír.- Igual es un rico de mierda el pendejo. -Exhaló con una sonrisa satisfecha. Rato después se dio cuenta de cuanto le había hablado sobre el mismo tema, avergonzándose un poco. Pero ya era tarde para decir algo o disculparse, así que...
Cuando ya estuvo sentado luego, sólo continuó observándolo con atención, manteniendo una pequeñita sonrisa en su rostro.- ¿Uh? -ladeó la cabeza, alzando una ceja con cierta confusión.- ¡No, no! Si quiero, el punto es que... pucha, no sé, y tampoco sé por qué agarré tanta confianza, lo siento, en serio... -ladeó la mirada, dejando los ojos fijos en la pared a la lejanía.- ... de verdad... ni tampoco es que hable mucho, pero no sé qué me pasa... -murmuró, suspirando profundamente. Cuando éste comenzó a contarle regresó sus ojos a él con interés, agudizándolos un poco al apretar los párpados, aún conservando una casi fantasma sonrisa, pero se vio obligado a levantar los mismos cuando divisó al mesero en un costado. Le agradeció cuando dejó las cosas sobre la mesa, devolviendo toda su atención al mayor inmediatamente cuando éste se fue.- Ahm, gracias ~ -sonrió, estirando el brazo con cuidado para tomar un pequeño pastelito de durazno, el cual atesoró entre sus dedos, decidido a esperar a que el rubio cesara sus palabras para comer.- Qué entretenido que seas enfermero... -volvió a meterse el rebelde mechón de pelo tras la oreja con la mano libre.- ¿Ask...? Aaaah, ah, ya entendí ~ -dejó escapar de sus labios una tímida, ligera y calladita carcajada.- Ay no sé preguntar cosas a la gente, pero puedo intentar... ah, y pregúntame también si quieres... -lamió la mermelada del pastelito, saboreándola durante algunos segundos mientras procesaba una pregunta coherente.- ¿Y tú tienes familia? O sea, hijos, pareja o ese tipo de cosas... -consultó, sin ninguna segunda intención. La verdad ni siquiera le había parecido raro curiosear en ese tema, puesto que él mismo se consideraba alguien sincero y que ese tipo de cosas no le costaba decirlas abiertamente.- O... o cuantos años tienes, no sé. ¿O ya me dijiste? Sorry, soy torpe... -apoyó los codos sobre la superficie y se metió el pastelito a la boca con delicadeza, comenzando a masticar con lentitud, sin quitarle sus expresivos y penetrantes ojos celestes de encima. Esperó para escuchar alerta sus respuestas.

Frunció el ceño profundamente, enderezándose en la silla y tensando los músculos de la mandíbula y hombros.- ¿¡Pero qué clase de persona es esa!? Perdóname, pero tu pareja no sé si es ignorante e imbécil o tiene algún trauma, es adoptado o huérfano o quién sabe qué –Apretó las manos convirtiéndolas ambas en puños apretados.- No puede decir tal estupidez, todos los niños tienen derecho a una casa cálida y a ser felices, ¿Acaso le ha preguntado alguna vez a algún niño de un Hogar? ¿Acaso ha hablado con los padres de uno de esos niños? Por favor, es un completo ignorante…los niños suelen abandonarse por problemas económicos o porque simplemente los padres fueron unos inmaduros, pero no …aghs… -Bufó y se recostó en la silla, cruzándose de brazos. No había hablado en un tono alto, pero si bastante duro, no dirigido a él obviamente. Desvió la mirada mientras intentaba calmarse y controlar su respiración. Cerró los párpados y volvió a abrirlos poco después, ya un poco más relajado. Lo miró con la culpa marcada en sus ojos bicolores.- Yo…lo siento, lo siento… no quería ofenderte, o sea a tu pareja… -Se llevó una mano a la nuca, sintiéndose incómodo al no poder controlar su lengua, la cual chasqueó luego. Lo miró con interés cuando habló de sus hermanitos.- ¿Oh, enserio? ¿Tres? –La sonrisa volvió a aflorar en su rostro.- Mi hermano también tiene dieciséis…aunque no se le note “demasiado” –Rió apenas levemente, evocando la imagen de su pequeño a su mente. – Tranquilo, tranquilo y no te disculpes tanto, no me agrada que te disculpes por cosas que no merecen la pena disculparse…-Ladeó la cabeza con curiosidad al escucharlo.- ¿Hm? Entonces eso es bueno, significa que te caigo bien, que te agrada estar conmigo…¿Acaso eso es malo? Yo pienso que es bueno –Paseó la mirada por su largo cabello, el que seguía llamándole la atención y que calzaba tan bien con sus claros ojos. Se encogió de hombros.- Si, es entretenido…bueno, no siempre. A veces es triste cuando llegan personas que sabes que no se puede hacer mucho por ellos pero…-Sacudió la cabeza, haciendo que sus onditas le golpearan suavemente los costados de la cara.- Son cosas del oficio…-Correspondió a aquella sutil risa con una de sus sonrisas amplias y sinceras.- Está bien, me tocará mi turno ~ -Le imitó y también se llevó parte del dulce a los labios.- Mmmm…no, la verdad no tengo nada de eso, pero me gustan mucho los niños…asi que no creo que sería de extrañar que cuando mi hermano ya sea independiente tenga la necesidad de adoptar un bebito o algo así… -Se pasó la lengua por los dientes, imaginándose esa situación.- Tengo veinte años… y no, no creo que me lo hayas preguntado antes y tampoco recuerdo asi que está bien –Se metió a la boca lo que le quedaba del pastelillo y masticó con lentitud, pensando en qué preguntarle. Tragó y luego de lamerse el labio inferior unos segundos, preguntó.- ¿Tu qué edad tienes? ¿Cómo te gustaría que fuera tu hijo, si llegaras a tener uno algún día? ¿Llevas mucho tiempo viviendo en esta ciudad? Me parece raro no haberte visto antes…digo, no es que conozca todo el pueblo pero, no lo sé –Parpadeó lentamente, devolviéndole la mirada fija pero cómoda.

De verdad que no esperaba esa reacción por parte de Zahech, y en cuanto comenzó a hablarle de esa forma, se arrepintió completamente de haberle mencionado el tema. Retrajo el torso con el fin de ampliar la distancia entre ambos. Evitó los ojos del contrario, clavando los suyos en la mesa para esconder su injustificado nerviosismo. Fue frunciendo el ceño cada vez más mientras lo oía, apretando los labios para no soltar ningún comentario que pudiese resultar para peor. Cuando la gente empleaba un tono duro o firme le provocaba miedo, fuese o no dirigido a él. O más bien, siempre creía que era su culpa o que en efecto, sí iba dirigido a él. Comenzó a raspar el barniz de la mesa con la uña, sencillamente por tratar de distraerse y no oír las palabras del mayor. Cuando éste terminó de hablar exhaló entrecortado y se decidió por al menos responder algo.- P-pero... e-e-es que no, pero sí -masculló-, o sea no... perdón, fue mi culpa por contártelo, es que no lo conoces y... es buena persona, ¿sabes? Puede que no sea lo más humano del mundo o que no se sepa expresar correctamente pero... pero no sé... yo lo quiero, y te pediría por favor que no lo trataras así. -murmuró, en un tono más bajo de lo normal (aunque ya hablase despacio de por sí). Se "sentía" por cualquier cosa, y por más que Zahech no fuese el culpable de ello, no sabía muy bien como controlarse o no demostrar el susto que le producía la mayoría de la gente.- Ay, si él es ignorante quizás qué sería yo entonces... -suspiró y dejó en paz la madera, retrayendo las manos otra vez hasta sus piernas después. Durante el siguiente rato sólo se mantuvo en silencio, con la mirada baja, el ceño fruncido y los párpados apretados. Esbozó una escueta sonrisa cuando el contrario le pidió disculpas.- No, no te preocupes, está bien. -murmuró. La frase aquella de « no te disculpes tanto, no me agrada que te disculpes por cosas que no merecen la pena » le provocó una sensación extraña, empuñando las manos por reflejo. Akiru, al ser una persona tan desconfiada de sí misma y que trataba de limar sus "enormes" defectos cada día, el enterarse de que estaba haciendo cosas que podían llegar a resultar desagradables para el resto no le hacía mucha gracia que digamos. Prefirió quedarse callado. No le contestó nada respecto a la mayoría de los temas, salvo a lo referente a la profesión del chico.- Pero me refiero a que no sé, debe ser lindo poder ayudar a las personas -alzó la mirada hasta sus ojos otra vez, dedicándole una pequeña sonrisa.- Tengo diecinueve... -contestó con rapidez a la primera pregunta, pero a la segunda se quedó en silencio, tratando de procesarla y responder bien lo que quería expresar y no sólo lo que su torpeza le permitía.- Uhm... -suspiró.- Supongo que me gustaría que me aceptara tal cual soy, o sea, me daría mucha pena si le diese asco el... el tener "dos papás". -inhaló con fuerza, provocando una breve pausa.- Me gustan mucho los niños, y creo que con tan sólo tener uno en mis brazos, saber que es mío, que le puedo dar amor, que, que no sé... La verdad con que sea un niño sano, con que pueda cuidarlo, protegerlo y brindarle mi cariño, por mí está bien. -sonrió hacia un costado, aún algo retraído. Su sonrisa se esfumó cuando escuchó lo correspondiente a la ciudad.- ... ... -tragó saliva, prosiguiendo con algo de dificultad.- Eh, sí, no salgo mucho, quizás sea por eso, además igual la ciudad es grande... Antes vivía en otra zona, pero siempre he estado acá. La única razón por la que podría haberme ido hubiese sido para estudiar o algo. -concluyó, dudoso de si debería seguir hablando o no. Prefirió no hacerlo y suspiró de manera profunda y audible, apoyando la espalda en el respaldo de la silla. Devolvió la vista a él.- ¿Y tú... o ustedes, cuánto llevan aquí? -le mostró una sonrisa delicada, sin separar los labios.

Mientras expresaba su “humilde” opinión terminó moviendo las manos de un lado a otro, apretando los puños y luego soltándolos para seguir haciendo gestos. Cuando por fin se quedó callado le clavó los ojos directamente, sabiendo que algo andaba mal. Y cómo no, si trató a su novio como quiso sin siquiera conocerlo, y lo que lo hacía sentir más sucio aún, no se lo había dicho al tipo aludido en su cara. Resopló y se rascó la parte posterior de la cabeza, bajando esta un poco.- Si lo sé, no lo conozco… -Chasqueó la lengua y arrugó un poco la nariz.- Si, ehm… discúlpame, no debería haber explotado así pero… huh, lo siento, debería aprender a controlarme un poco…-Tensó los labios y apartó la mirada de él fijándola en la ventana, hacia el exterior. Suspiró con fuerza, lamentándose de haber dicho todas esas cosas, no quería ponerlo incómodo, enfadarle o hacer algo desagradable para él. Volvió a mirarlo, mordiéndose el labio inferior con cierto nerviosismo.- Si… si por lo mismo decidí serlo…como no puedo ayudar a las personas, ehm, sicológicamente? Intento hacer lo mejor posible para poder ayudarlas físicamente –Ladeó la cabeza hacia el otro costado, volviendo a encorvarse un poco sobre la mesa, apoyando los brazos en esta y cruzando las piernas.- ¿Diecinueve? Uh, no tenemos gran diferencia de edad… al contrario, no tenemos nada –Esbozó una sonrisa de costado, escuchándole con total atención, sin apartar su penetrante pero no incómoda mirada de él. Su sonrisa se amplió y soltó una risa suave, no como si se estuviera burlando de él, sino mas bien como una especie de confirmación a lo que le contaba.- Si, concuerdo completamente contigo… a mi también me encantan, aunque es algo que ya parece que quedó claro…-Exhaló y parpadeó varias veces seguidas, restregándose luego uno de sus ojos con el dorso de la mano.- Si sé, la ciudad es bastante grande pero suelo pasar mucho tiempo en la calle… no me gusta estar encerrado –Hizo una mueca con la boca.- Ah, bueno… ¿Y estudias algo? ¿Qué? –Le sonrió nuevamente como antes y apoyó la cabeza en una de sus manos, mirando el techo mientras contaba con los dedos de la otra mano.- Hmmm…mi hermanito y yo llegamos a esta ciudad como hace… ¿Cinco años, tal vez? Cinco o seis, no estoy demasiado seguro… bueno, tampoco llevamos demasiado tiempo en todo caso –Se quedó en esa posición, cómodo, mirándolo a los ojos.

- No, no tenemos casi nada. Meses, de seguro. -le sonrió y, ya recuperando un poco más la confianza anterior, apoyó los codos sobre la mesa y la cabeza sobre sus manos, observándolo con atención, sin quitarle la mirada de encima. Le gustaba mucho contemplarlo a los ojos, que fuesen de distinto color los hacía tan diferentes a los del resto, que según su punto de vista, incluso influía en lo que expresaban. Trató de que la atención que mantenía sobre la orbes del rubio no interrumpiese en comprender lo que estaban hablando.- .... Hmmm, es que de verdad, ¿A quién le pueden no gustar? ¡Si son tan lindos! -esbozó una amplia y enternecida sonrisa, la cual conservó mientras continuó oyéndolo con interés.- No importa, déjalo en claro todo lo que quieras, que te gusten los niños me dice muchas cosas buenas de ti...~ -dejó escapar una suave risa, sin quitarle la mirada de encima.- O a mí parecer, claro... y... -se quedó callado al oír lo respectivo al encierro y su expresión cambió de forma bastante notoria, enderezando la espalda y retirando el mentón de sobre sus manos. Suspiró.- ... Bueno, a nadie le gusta estar encerrado. -sonrió de manera forzada y bastante falsa, tratando de dejar pasar el tema y no profundizarlo más, quería ahorrarse las sensaciones amargas. Pero al parecer el mundo no estaba de acuerdo, porque la pregunta respecto a sus estudios también le dolió bastante. Era increíble la sensibilidad que poseía, cómo tantas cosas lograban penetrarlo y hacerlo sentir mal de manera tan rápida e importante. Aún así y sin importar qué, Zahech no tenía la culpa, así que se propuso continuar con la conversación con la mayor normalidad posible.- ... ... -tragó saliva, algo avergonzado de lo qué iba a decir. Ya le habían cuestionado aquello con anterioridad, y solía recibir los típicos comentarios de "ay, que eres pajero", o cualquier cosa que hiciese alusión a que su situación actual era debido a la flojera. La verdad es que no, porque en el pasado tenía los ideales claros, sabía lo que quería, y creía tener claro que en efecto iba a seguir ese camino... pero bueno, sencillamente "no se pudo", o esa era la excusa que se ponía para no seguir dándole vueltas al asunto y no hacerse más daño.- ... No... -ladeó la vista y regresó las manos a sus piernas, sin ser capaz de mirarlo al rostro. No tenía idea del por qué le avergonzaba tanto el tema, pero de que lo incomodaba, sí. Quizás era porque él siempre se creyó capaz de llegar a tener futuro y una profesión.- ... No, no estudio nada. -regresó la mirada a él, sonriéndole algunos segundos después. Se propuso tomarse todo a la ligera al menos por ese rato, tratando así de no complicarse por cosas innecesarias para poder disfrutar de la agradable compañía del enfermero. Ni siquiera notó como pasaba el tiempo, olvidándose completamente de que debía estar vigilando la hora para volver. Suspiró profundamente y acercó los codos a la mesa otra vez, cogiendo un pastelito de vainilla. Lo observó entre sus dedos durante algunos segundos, pensando en qué más podría preguntarle al chico.- Hmmm... y... y... ay, no sé qué preguntarte... -levantó la mirada hasta los ojos del contrario nuevamente.- ¿...Por qué eres tan alto? -rió, lamiendo la crema que tenía encima el pequeño coso de masa, saboreándola por un instante. Volvió a reírse pero esta vez para sus adentros, reprimiendo una sonrisa que se mantuvo en sus labios, sin separarlos.- Me siento tan pequeñito al lado tuyo ~ -le sonrió con mayor amplitud, sin despegar los codos de sobre la superficie aún. Realmente estaba acostumbrado a estar con personas de mayor porte que él, pero en Zahech la altura le parecía hasta más atractiva que en otras personas. Le pegó un mordisco al pastelito y masticó con tranquilidad, sin dejar de mirarle con atención y con un gesto contento.

Asintió con la cabeza repetidas veces mientras volvía a tomar otro pastelito de limón y lo mordía en una esquina. Miraba alternativamente el dulce y a su acompañante, dedicándole más tiempo al último.- ¿Ciertooo? ~ Si son hermosos… todos son hermosos, y pequeños y adorables –Rio un poquito, sonriéndose mientras masticaba con lentitud y lo escuchaba. Tragó y ladeó la cabeza hacia un costado, percatándose de aquel radical cambio de actitud suyo. Esperó pacientemente a que le respondiera, comiendo y parpadeando con lentitud. Ladeó un poco la cabeza para buscar sus ojos, empezando a preocuparse al verlo de esa manera. Al escuchar su respuesta dejó lo que le quedaba de dulce en el platito que tenia al frente y entrelazó los dedos, apoyando los codos en la mesa y la barbilla en los dedos.- Bueno, debe haber una buena razón para que no lo hagas… además siempre se puede tener éxito en la vida, no tiene por qué ser obligatorio el estudio… -Volvió a sonreírle.- No creo que sea algo por el que debas sentirte avergonzado o incómodo… -Le dijo en un tono bajo, casi un susurro, adivinando casi lo que podía sentir con sólo observar sus reacciones. Se sintió un poco más relajado al ver que el peliblanco comenzaba a soltarse nuevamente. Soltó unas sonoras carcajadas, divertido con su pregunta.- Siéndote sincero no tengo ni idea, no recuerdo que mi padre haya sido tan alto… tampoco sé por qué será que mi hermano es tan pequeño…quizás no me de ni cuenta y va a crecer hasta los dos metros y medio -Se encogió de hombros con una sonrisa amplia.- He escuchado eso bastantes veces… pero tu no eres bajo, estás en lo normal o incluso un poco más alto, si soy yo el que parece palmera…-Mencionó lo último recordando un comentario que le dijo una persona hace poco tiempo atrás.- Ahora me toca a mi… ¿Cómo es que tienes un cabello tan largo, blanquito y unos ojos tan hermosos? Pareces como de un cuento de hadas…-Arrugó levemente la puntita de la nariz en un gesto más bien de satisfacción y volvió a tomar el suyo con la mano derecha, pellizcándolo y sacándole pedacitos con el dedo índice y pulgar de la mano izquierda para llevárselos después a la boca. Estaba inclinado hacia adelante, con los tobillos cruzados y los codos sobre la mesa. Soltó un suspiro prolongado y profundo en cuanto se terminó el pastelillo y se sacudía un poco las manos, apoyando la espalda en el respaldo de la silla y corriendo la silla un poco hacia adelante.